Si en estos días pasados te interesó ver las publicaciones en mi IG, Lourdes Madera_y_Viena, este
artículo va dirigido a ti.
Traté de demostraste que a la hora de transmitir no solo es relevante el contenido verbal, sino también
la forma. A lo largo de mi vida he compartido distintas instancias con gente muy capacitada, que no
logra comunicarse de una manera efectiva y con otras que son excelentes comunicándose sin importar
su grado académico, este puede ser muy importante o muy básico, las capacidades innatas que
poseen hacen que puedan lograr trasmitir de forma exitosa y lograr el objetivo buscado. También
debemos de tomar en cuenta la respuesta que recibimos con las personas que estamos hablando, si
le despertamos interés, si se muestran aburridas o se encuentran felices de estar compartiendo ese
momento, y para todo eso necesitamos tomar en cuenta el lenguaje no verbal.
Si lo tllevan a las experiencias personales de cada uno, verán que hablando los mismos temas, se
sienten más cómodos con determinadas personas, existe más feeling, que hablando con otras, y esto
tiene mucho que ver con el lenguaje no verbal, que muchas veces inconscientemente estamos
utilizando.
Este lenguaje corporal es clave para la comunicación no verbal ya que está transmitiendo a través de
expresiones faciales, gestos, postura, voz, y por lo general no nos damos cuenta de ello. Se manifiesta
aun estando en silencio y en muchas ocasiones es más revelador, porque no todos pueden disimular
lo que su cuerpo trasmite e incluso quedan en evidencia cuando están tratando de disimularlo.
Cuando estudiamos comunicación no verbal la dividimos en paralingüística, proxémica y kinestésica.
La paralingüística, es la que se refiere a lo que no se dice y como se dice. Es la que hace referencia a
nuestro tono de voz, el volumen, nuestros silencios, la velocidad al hablar. Datos que cambian según
la persona y de los que hay que ser muy cuidadosos en emitir juicio sobre nuestro interlocutor por
como lo haga, por ejemplo, el hablar rápido además de demostrar fluidez verbal, también puede
demostrar ansiedad, o que se necesita dominar una situación.
Personalmente, prefiero un ritmo fluido, sin largos silencios, modulado y animado; ese que podemos
llevar a cabo con naturalidad, cuando estamos a gusto y lo manifestamos.
La próxemica se refiere al espacio físico que hay entre los interlocutores, la distancia que
mantenemos. Esta distancia varía según la cultura y el público hacia el que nos dirigimos. Si entre los
interlocutores hay una distancia de aproximadamente 45 cm, decimos que estamos en un espacio
íntimo, si no es de nuestra confianza necesitamos mantener una cierta distancia con nuestro
interlocutor que nos permita no sentirnos invadidos.
Cuando la distancia es aproximadamente de un metro, se denomina espacio casual personal, es el que
utilizamos más comúnmente, y existe un espacio aún mayor, el social consultivo.
Las distintas culturas y el protocolo social de cada país hacen que las distancias entre los interlocutores
varíen.
La kinestésica, se refiere a nuestros gestos, nuestras miradas, nuestro lenguaje corporal. Existen
gestos que nos permiten hacernos entender sin emitir palabra. También como lo fuimos viendo en IG,
los gestos varían según los países, por lo que hay que ser cuidadoso con ello.
Cuando observamos los gestos, es muy interesante ver la sonrisa la mirada o el rapport, ese
mecanismo involuntario que se lleva a cabo cuando estamos realmente en sintonía con otra persona
e involuntariamente tomaos posturas iguales.

¿Cuál es la fórmula para dominar el lenguaje no verbal y salir aireoso de cualquier situación?
Nada más sencillo como mostrarse natural y ser uno mismo. Si te conoces, te sientes seguro y no
tienes que mostrar a los demás lo que no eres, tu relación será más sencilla, la comunicación será más
efectiva y no tendrás que preocuparte. Solo con conocer las reglas de protocolo social e
interculturalidad bastará para que no te muestres desinteresado y ofensivo y la comunicación sea
amena y fluida.

Sin duda un tema que puede llegar a apasionar, pero no caigas en la tentación de evaluar a todo el
mundo por la manera en que habla, se para, mira o sonríe, ¡porque también se nota que lo estás
haciendo!